20 años de God of War: en defensa del Kratos griego y sediento de sangre frente al nórdico

El nacimiento de un Fantasma de Esparta, fruto de su generación y del amor por el cine de acción y aventuras

En 2005, un desarrollador de videojuegos hizo realidad su sueño de crear un título que transmitiera la emoción cinematográfica de los relatos mitológicos. El resultado fue un hack and slash ambientado en una Grecia oscura, protagonizado por un guerrero espartano cuya historia trágica marcó el género de acción. En este marzo, mes consagrado a la guerra, se conmemoran dos décadas desde su lanzamiento.

Mucho más que sangre y combate

El juego surgió en una época en la que la acción dominaba la industria. Títulos influyentes experimentaban una transformación hacia mecánicas más dinámicas y narrativas elaboradas. La violencia en estos juegos no era gratuita, sino que respondía a una función catártica y narrativa.

A través de su característico arsenal, el protagonista liberaba su furia en cada golpe, reflejando su tormento interno. Su historia se alinea con los arquetipos de la tragedia clásica, similares a los de figuras mitológicas como Heracles o Edipo.

Un héroe trágico

Marcado por el destino, su camino estaba predicho desde el inicio. En un intento desesperado de cambiar su sino, ofrece su vida a un dios de la guerra, quien lo convierte en un siervo de la destrucción. En un trágico giro, cegado por la sed de sangre, comete un crimen irreparable que lo atormenta de por vida. Como castigo, su piel queda impregnada con las cenizas de sus seres queridos.

A partir de ese momento, es consumido por el remordimiento, buscando redención en placeres efímeros y en el servicio a los dioses. Sin embargo, cuando finalmente logra su objetivo, descubre que la paz que anhelaba no estaba incluida en el trato. Su única salida parece ser la muerte, pero el destino tiene otros planes para él.

El personaje fue concebido con una imagen poderosa y una actitud implacable, inspirada en los héroes del cine de acción. Su apariencia ruda y su personalidad desafiante lo convierten en una figura imponente, pero su historia revela capas más profundas: es un hombre marcado por el sufrimiento, que busca en la venganza un propósito. Su evolución a lo largo de su viaje lo transforma en algo más que un simple guerrero.